El Joven Xendario
Esta historia tiene lugar hace muchos años, los cuales no nos esforzaremos en contar. En este tiempo, existía un joven xendario que vivía en un pequeño pueblo costero en el continente de Emisia. Este joven se llamaba Xanther y gustaba de quedarse en la playa observando el mar. Siempre llevaba consigo un gran libro que le entregó su padre, llamado “Cuentos de Siempremar”.
Xanther se sentaba en la playa para leer su libro en voz alta durante las tardes. Siempre leía una historia distinta. Llegaba en la tarde y se retiraba cuando Sol comenzaba a desaparecer en el horizonte.
Un día leyó una historia sobre un viajero que recorrió el mundo y conoció muchos héroes. Era un personaje extraño para Xanther, quien siempre leía sobre las hazañas de importantes héroes. Una historia sobre un viajero cuya única hazaña fue recorrer el mundo no era algo a lo que estaba acostumbrado.
Esa noche, cuando volvió a su casa, preguntó a su padre por la historia. “Hijo, acabas de leer una historia sobre un trovador. Ellos son viajeros que viven aprendiendo y contando historias muy parecidas a las que lees en tu libro.”
Al día siguiente, cuando fue a la playa, no quiso leer el libro. Todavía pensaba en el personaje del día anterior. Miraba su libro y pensaba si aquel que lo escribió fue la misma persona que observó todas esas historias.
Una xendaria muy bella, con una larga cabellera dorada y ojos que brillaban como las lunas, se le acercó y se sentó a su lado. “¿No leerás una historia hoy, joven Xanther?” dijo la xendaria. El joven se asustó, pues no la había sentido.
“¿Cómo sabe usted mi nombre, señora?” preguntó Xanther. Tampoco entendía como ella sabía de las historias. Él siempre estuvo sólo en la playa cuando leía las historias.
“Sé muchas cosas, pequeño. Sé que estás pensando en los trovadores, en los viajes. Tú vienes de una familia de bibliotecarios, tu destino es tomar su lugar cuando tengas la edad para hacerlo, pero tienes dudas.”
“Pensaba en cómo sería viajar por el mundo viviendo historias y después contándolas, no sólo leyéndolas en un gran libro. Pensaba en los trovadores. Pensaba en todos los lugares que ellos han visitado” respondió Xanther.
La extraña xendaria le entregó un pergamino a Xanther. “En ese pergamino está escrita mi historia favorita” dijo. Cuando el pequeño abrió el pergamino, este estaba vacío. “Todavía no ha sido escrita, pero quiero que te quedes con él por ahora. Después habrá un momento cuando puedas devolvérmelo.”
Xanther no le quitaba los ojos al pergamino en blanco. Así, no se percato cuando la extraña xendaria había desaparecido. Cuando finalmente entendió, corrió hasta su casa.
“¡Mamá! ¡Papá! Tengo algo que contarles” dijo Xanther, al entrar excitado a su casa. Sus padres estaban cerca de la chimenea, leyendo grandes libros. “Quiero ser un trovador, quiero viajar por el mundo y vivir grandes aventuras.”
Su padre fue el primero en quitar los ojos de su libro. “¿Qué son estas ideas, hijo? Tú tienes un deber con tu familia y tu legado. Serás un bibliotecario como nosotros, eso ya estaba decidido” dijo, muy serio.
“Pero, padre” respondió Xanther, “tengo una misión que cumplir y para eso debo convertirme en un trovador.” Xanther entregó a su padre el pergamino en blanco. “Una misteriosa xendaria de cabellos dorados me ha pedido que le escriba la que será su historia favorita en este pergamino en blanco. No podré hacer eso si me quedo en la ciudad, debo viajar.”
Su padre abrió el pergamino y lo miró. Su cara cambió de inmediato. “Hijo, prepárate para viajar. Saldrás mañana” dijo. Xanther corrió a su habitación, contento.
La madre de Xanther se levantó y caminó hasta su marido. “¿Qué fue ese cambio de opinión? Habíamos decidido que nuestro hijo sería un bibliotecario como lo han sido todos en tu familia desde generaciones atrás” dijo.
“Mujer, contento estaría si ese fuera el destino de nuestro hijo, pero he aprendido diferente. Emisia es uno de los continentes creados a partir de Gaia, siempre se le representa en la forma de una xendaria de cabellera dorada. Tengo las sospechas que ha sido ella quien le ha entregado este pergamino a nuestro hijo” contestó el padre de Xanther.
“¿Qué te hace pensar eso?” preguntó la madre. Se acercó un poco más a su marido para ver qué había en el pergamino que le habría hecho cambiar su decisión sobre el futuro de su hijo. Cuando finalmente pudo ver el pergamino, entendió a qué se refería su marido.
El pergamino estaba en blanco a los ojos de Xanther, pero sus padres no veían lo mismo que su hijo. Ellos vieron la historia que sería la favorita de la misteriosa xendaria, a quien el padre reconocía como Emisia. Ellos veían un escrito, cuyo título era “Historia de Xanther, el más grande de los Poetas”.
Continuará…