Gerador en Galeón
Por dos semanas viajó Gerador hacia el oeste, no encontraba más que un largo camino rodeado de bosques. Gracias a las enseñanzas de Xanther, pudo cuidarse durante la noche e incluso sabía cómo cazar animales para alimentarse. Parecía que quedaba un largo camino, hasta que escuchó el avanzar de una carreta y un silbido. Gerador esperó a un costado del camino para saber quién venía. Pronto vio aparecer una carreta tirada de un burro, en la cual venía un terrano.
“¿Hacia dónde se dirige, viajero?” preguntó el terrano a Gerador. El joven le respondió que no tenía un destino fijo, y el terrano le invitó a acompañarle. “Hace mucho le hice la invitación a dos jóvenes y ellos se convirtieron en grandes héroes. Quizás eso pase de nuevo, si es que tienes suerte.”
El terrano se presentó como Pudarra, de los Terranos de la Plata. “Llevo unas cosas a Galeón, capital de todos los reinos terranos. ¿Deseas conocer Galeón, trovador?” Gerador asintió. “Son pocos los aceptados en Galeón, además, es un lugar al que pocos quieren entrar. Llevan años luchando contra unas criaturas que nadie conoce su procedencia. Hay una profecía que dice que en un momento se requerirá de un gran sacrificio para detener un gran mal, por eso todos se mantienen alejados de ese lugar. Incluso los guerreros más fuertes temen luchar como lo hacen los terranos.”
“Quisiera conocer a tan nobles héroes, si me lo permiten. Hace poco terminé mi entrenamiento como trovador y me gustaría conocer algunas historias antes de comenzar a cantar” respondió Gerador. “Si tengo suerte, me gustaría conocer al Rey de los terranos.”
“Joven romano, si eres aceptado para entrar en Galeón deberás conocer al Rey por obligación. Todo extranjero en la ciudad debe tener una audiencia con él o será expulsado, así que tu deseo se cumplirá sin mucho esfuerzo” contó Pudarra. “Si llegas conmigo es casi seguro que te permitirán entrar, el resto será tu parte.”
La carreta se desvió del camino principal en una desviación y comenzó a bajar. Llegó hasta el fondo de lo que parecía una quebrada, y se detuvieron frente a una gran puerta de roca. “Ahora debemos esperar hasta que abran la puerta. Esto puede tomar tiempo, no es fácil hacerte notar a través de estas rocas.”
Pasaron dos horas hasta que finalmente se abrió la puerta. Cuando entraron fueron detenidos por dos soldados con grandes hachas. “¿Quién viaja contigo, Pudarra?” preguntaron.
“Este joven trovador viene con la intención de conocer nuestra capital y a nuestro Rey. Dadle la oportunidad de una audiencia con el Rey y él decidirá si es digno de ello o no” respondió Pudarra a los soldados. “Además, recuerda lo que pasó con las últimas personas que me acompañaron. Quizás yo sea un amuleto de la suerte y este joven corra con la misma suerte” continuó, sonriendo.
Los soldados les permitieron seguir. El camino hacia la capital era oscuro, los túneles no están bien iluminados ya que los terranos pueden ver en la oscuridad y no necesitan la luz. “Toma una antorcha de la carreta y enciéndela, eso te ayudará a ver mejor. En Galeón puedes pedir ayuda a uno de nuestros clérigos, ellos podrán ayudarte con tu vista.”
Se demoraron un par de horas más en llegar a la entrada misma de la ciudad. Priadan no pudo ver mucho, la antorcha era pequeña y la ciudad muy grande. “Vamos a solucionar tu problema primero, no es bueno que andes por ahí sin poder ver” dijo Pudarra y le llevó hasta un templo.
En el templo, un clérigo tocó la cara de Gerador y le tapó los ojos. Dijo unas palabras que el joven no entendió y le soltó. Cuando abrió nuevamente sus ojos, pudo ver todo con claridad. “Esto te permitirá ver en la oscuridad mientras sigas en la ciudad, una vez salgas se deshará el hechizo” dijo el clérigo.
“Ahora debemos ir a Palacio. Yo tengo que entregar el encargo y tú debes solicitar una audiencia con el Rey Marodor Valadar. Se honesto y él te recomenzará con permitirte quedarte algún tiempo” dijo Pudarra y caminaron hacia el centro de la ciudad.
En la puerta de Palacio, Pudarra se despidió de Gerador. “Yo entro por otra puerta, la de los armeros. Tú debes esperar aquí hasta que alguien venga y te escolte. Mucha suerte, muchacho.” Ambos se despidieron.
Gerador esperó en la entrada junto a los guardias hasta que un terrano salió por la puerta y le dijo que le acompañara. “Ven conmigo, nuestro Rey te recibirá de inmediato” dijo. “Pudarra es una buena referencia al momento de pedir una audiencia con el Rey, él tiene curiosidad sobre quién le acompaña.”
El joven trovador fue llevado hasta un gran salón, donde se le dijo que esperara mientras llegaba el Rey. “No le mires a los ojos ni levantes la voz. Espero sepas comportarte frente a alguien noble como nuestro Rey” dijo el terrano y se retiró.
Minutos más tarde, entró en el salón un terrano vestido con una gran manta y portando una gran espada de un tono celeste. “Tú debes ser el romano que acompañaba a Pudarra” dijo. “Es un buen amuleto viajar con él.”
“Su majestad,” respondió Gerador, “mi nombre es Gerador de Nativitas. Soy un trovador que hace poco terminó sus estudios y he viajado hasta acá para conocer sobre usted y su pueblo.” Gerador parecía nervioso, titubeaba mientras hablaba. El Rey soltó una ligera risa.
“Joven romano, ¿quién ha sido tu maestro?” preguntó el Rey. Sus ojos no pudieron abrirse más cuando escuchó que el maestro de Gerador había sido Xanther, el Gran Trovador. “Ese xendario estuvo acá hace mucho tiempo, de nosotros aprendió nuestra historia y escultura. Has sido afortunado en tener un gran maestro, ya que él es respetado por todos los pueblos que ha visitado.” El Rey se acercó a Gerador, que se inclinó ante la cercanía del monarca. “Ahora eres mi invitado, Gerador. Te prepararán una habitación en Palacio y estás invitado a visitar nuestra ciudad. Puedes recorrerla sólo o, si lo necesitas, mandaré a buscar alguien para que te guíe. También nuestra biblioteca real está a tu disposición.”
Gerador agradeció la buena voluntad del Rey. “También estás invitado al Salón de Édez. Tu maestro ha sido la única persona que no es un terrano en entrar ahí, así que creo que tú también deberías” continuó el Rey. “Ahora espera aquí, alguien vendrá para guiarte por Palacio. Te esperaré a la hora de la cena, eres mi invitado.”
Gerador vivió en Galeón, aprendiendo sobre sus leyendas y la historia de los Terranos. En el Libro de Édez aprendió sobre los grandes héroes terranos que han vivido y sobre sus líneas de descendencia. Aprendió también sobre Gadeth, el día en que los terranos deberán hacer su más grande sacrificio para derrotar a un mal que amenazará todo lo conocido.
Cada vez que la ciudad era atacada por demonios que provenían desde los túneles más profundos, Gerador subía a la torre más alta de Palacio para ver la batalla. “El motivo por el cual no son aceptados muchos extranjeros en Galeón es esta amenaza. Galeón puede convertirse en un lugar muy peligroso a veces. Mi padre murió combatiendo contra estas criaturas” contó el Rey Marodor a Gerador una vez que encontró hacia donde iba el joven. “Hace muchos años una horda de estos demonios llegaron a Palacio, pero dos grandes héroes terranos lograron hacerles retroceder. Puedes leer de ellos en el Libro de Édez. Busca los nombres de Trisde Detenos y Mikeal Finedal.”
Gerador continuó leyendo el Libro de Édez. Cuando llegó a la línea de los Valadar, reyes de los terranos, descubrió que Marodor no era el primogénito. Tenía un hermano mayor destinado a ser rey antes que él. El joven no sabía cómo preguntarle al Rey sobre su hermano, ya que el libro no mencionaba sobre su paradero.
Un día mientras cenaban, el Rey notó a Gerador un poco nervioso y callado. “¿Qué ocurre, joven? ¿Algo ha pasado y ha callado al joven que todas las cenas tiene preguntas para que le responda?” Marodor notó que Gerador estaba callando algo. “¿Has llegado al linaje de los Valadar en el libro? ¿Leíste sobre mi hermano?” Gerador asintió. “Te contaré sobre él después de cenar, no te preocupes.”
Después de comer, cuando todo fue retirado, Marodor se puso de pie. “Cuando un rey tiene dos hijos, el mayor de ellos hereda el trono. Halo Valadar es mi hermano, a él le correspondía ser rey. Pero todo cambió una vez que éramos jóvenes, Halo renunció a su derecho al trono frente a mi padre y se fue de Galeón. Yo me convertí en Rey y sigo esperando a mi hermano para entregarle lo que le corresponde por derecho, pero han pasado más de ochenta años y no ha regresado. Nadie conoce su destino, pues nadie le vio salir por alguna de las puertas que nos conectan con el exterior. Yo creo que él está en los túneles, cumpliendo algún propósito para los dioses. Hasta que regrese o yo muera seguiré esperando. Mientras eso no ocurra, nada será escrito en el Libro de Édez.”
Si Gerador no estaba leyendo el Libro de Édez, estaba recorriendo Galeón. Tenía un hambre por conocimiento que volvía a diario. Otra historia que leyó fue la de Druga Edemor. Decía así:
“Descendiente de valerosos guerreros, Druga tenía un don innato para la pelea. Decidió un día viajar fuera de Galeón, en busca de un lugar donde pudiese encontrar su lugar, pues no creía estar listo para la guerra. Encontró en ese viaje aliados que nunca se esperó. Desde entonces vive con las gárgolas, invitado por el mismo Rey Coreodamor.”
Las gárgolas son un pueblo que acepta menos invitados que los terranos. Durante el día viven ocultos de la vista de todos, y en las noches se dedican a bailar a su diosa creadora, Ennovi del Manto Dorado. Haber sido invitado por el mismo Rey de las Gárgolas, Coreodamor, es suficiente hazaña para merecer estar en el Libro de Édez.
Más adelante en el libro, Gerador encontró la historia que el Rey Marodor le recomendó leer. Esa página del Libro de Édez estaba titulada “El Asalto a Galeón.” Gerador se dispuso a leerla.
“Se cuentan ciento veinte años desde el inicio de las invasiones a Galeón. Las defensas aguantan, pero son numerosas las caídas terranas. El comandante de las defensas de la ciudad, Mikeal Finedal, ha solicitado al Rey que la ciudad sea evacuada debido a las constantes incursiones, pero el Rey se niega.
“Para reforzar las defensas de la ciudad, se han disminuido las guardias en Palacio. Sólo cinco guardias resguardan el hogar del Rey, entre ellos Trisde Detenos, jefe de la guardia. Todo hombre capaz de portar un arma y combatir ha sido seleccionado para entrar en el ejército, también se han traído terranos desde otras ciudades cercanas.
“Ese día se escucharon rugidos desde el interior de los túneles. El Comandante Mikeal ordenó triplicar el número de soldados en guardia, pensando que algo grande venía. No se equivocaba.
“Apareció acompañado de muchas criaturas en lo que ha sido la más grande incursión hasta ahora. Las defensas de la ciudad no han podido detenerlos y se abren paso a través de la ciudad. El Rey espera en la entrada de Palacio el momento para entrar a combatir mientras ordena que todos los niños y mujeres ingresen en Palacio. El Príncipe Marodor salió de Palacio con su hacha en dirección a la batalla, seguido de su guardia Sordam Stron.
“La gran criatura se acerca a Palacio mientras los soldados reciben la orden de sólo enfrentarse a las demás criaturas. El mismo Mikeal sería quien se enfrente a este ser, acompañado por el Jefe de Guardia de Palacio, Trisde. La batalla fue sangrienta, pero ambos terranos lograron hacer caer al invasor con certeros golpes de sus armas. Los terranos fueron alabados por todos como héroes, y el mismo Rey les agradeció su valentía. Pero poco sabían sobre sus crueles destinos.
“Pocos meses más tarde, Trisde Detenos, Jefe de Guardia de Palacio, cae enfermo debido a heridas obtenidas de esa batalla. Mikeal Finedal recibió un cruel destino también, pero eso es otra historia.”
Gerador leyó sobre el descendiente de Trisde Detenos, llamado Fancis Detenos, quien es el actual Jefe de Guardia de Palacio. La siguiente página del Libro de Édez estaba titulada “La Desgracia de los Finedal”. El joven, en su curiosidad, continuó leyendo.
“La incursión había llegado a la ciudad. Los demonios estaban por todas las calles y atacaban a todos los terranos que encontraban. Algunos, que llamamos Drameters, atacan la mente de las personas y les absorven sus pensamientos. Ellos ingresan a las casas y atacan a mujeres y niños, haciéndose más fuertes cada vez que atacan a alguien.
“El Comandante Mikeal Finedal protegía la ciudad de los invasores. A la vez que golpeaba a los demonios con su martillo, daba las órdenes a los soldados para defender la ciudad. Pero hubo un evento que hizo que se retirara del campo de batalla.
“Fue advertido por un soldado que un drameter había ingresado a unas casas cercanas a su hogar. Mikeal, temiendo por su esposa que esperaba su primer hijo, dejo la batalla para buscar y acabar al demonio. Parecía llegar justo a tiempo a su hogar, pues su esposa estaba siendo atacada por el invasor.
“Mikeal combatió contra la criatura, dándole fin con su martillo y salvando a su esposa. Luego regresó al combate hasta que este terminó. El comandante fue celebrado como un héroe.
“Al nacer, fueron dos gemelos los hijos del comandante, y fueron entrenados desde pequeños para convertirse en soldados. Pero cuando cumplieron los cuarenta años, se descubrió en ellos las consecuencias del ataque que recibió su madre embarazada por parte del drameter. Rais, el mayor, comenzó a mostrar mutaciones en su cuerpo cada vez que entraba en combate, que le hacían verse como un demonio. Drei, el menor, hacía que aquellos terranos cercanos a él perdieran sus pensamientos y cayeran inconscientes.
“El Rey lo conversó con el comandante, y ambos fueron encerrados en una prisión especial en la cual sólo unos pocos podrían entrar. Mikeal Finedal no descansaría hasta encontrar una cura para sus hijos, tampoco lo harían aquellos terranos enviados por el Rey alrededor del mundo con el mismo propósito. El Comandante se retiró de los combates y ahora se dedica a instruir a los nuevos soldados.”
Luego de esta lectura, Gerador regresó a Palacio. Un soldado le avisó que el Rey le esperaba junto a otro invitado a cenar. Esta vez sería una cena donde estaban muchas personas invitadas, no sólo el Rey y su esposan e hijo.
“Hola, muchacho. ¿Tú eres el trovador que está aprendiendo las leyendas de nuestro pueblo? Es un gusto conocerte. Mi nombre es Sordam Crestos, antiguo guardia personal del ahora Rey.” Priadan saludo cordialmente al terrano. “Si estás aprendiendo de nuestras historias, supongo que conocerás la historia de Rapier” dijo.
“He estado leyendo todos los libros que encuentro en sus bibliotecas, en especial el Libro de Édez. Rapier fue mencionada como la creación de Gres Armeels, primer líder de los terranos de magma. Fue un regalo para el primer rey, Goros Valadar. Más de ella no se menciona.”
“Joven, se dice que cuando llegue el Gadeth un extranjero nos enseñará la forma de vencer esta gran prueba y que Rapier será quien nos muestre a este extranjero. La llaman el Sol Penetrante, aquel que al tomarla no se queme la mano será quien nos tenga la respuesta que buscamos. Esa es la leyenda” contó Sordam.
“Ya ha sido mucho de leyendas, es hora de cenar” interrumpió el Rey. Los tres caminaron hacia el gran salón, donde estaba preparada la mesa para la cena. La reina y el príncipe estaban esperando.
Después de la cena, recibieron la noticia que había llegado un visitante inesperado, pero eso es otra historia...