Poema de los Héroes IV

Parte IV - De la Verdad

Los héroes se reunieron camino a Melissa, y a su salida recorrieron las tierras de Dominael. El destino los llevó a enfrentarse al drakón después que este fuera poseído por un demonio que estaba dentro de la Princesa Nienna, quien murió en las fauces del drakón.
La victoria fue alcanzada gracias a Ko’Rever, que tomó el liderazgo de los drakonianos después que su padre, Ko’Krarian, cayera a manos de Dominael, y la Princesa Amiaruen, que seguía oculta al grupo, y ofreció su cuerpo al demonio para que se recuperara.

Después fueron advertidos que Rosedia, su destino en este viaje, estaba siendo atacada. Los drakonianos volaron hacia la Escuela de Magia, llevando consigo a Lance y Priadan, adelantándose del grupo. La batalla fue difícil, pero gracias al trabajo en equipo de Ko’Rever y el hechicero, lograron vencer.

Un nuevo día había amanecido. Priadan fue invitado a un salón donde se le presentó el Libro de Gwydion, libro gemelo del Libro del Ébez de los terranos. Era el momento de aprender sobre todos los misterios que rodeaban el viaje.

Priadan debía ser cuidadoso, pues el libro sólo respondería a sus preguntas. ¿Qué es lo que quería saber? ¿Qué necesitaba saber? ¿Qué debía saber? El joven guardó silencio y recordó.

Su papel en esto es ser el testigo, aquel que recordaría la gran historia y la contaría durante sus viajes. ¿Por qué? Priadan recordó a la Princesa Nienna, cuyo destino era tener al demonio Gmemog en su interior, pero este destino fue cruelmente arrebatado por Dominael. ¿Es posible robarle el destino a alguien? Si es así, ¿podría haber sido alguien más?

¿Qué tan frágil es el destino? Una vez él ya no estuviera más, ¿quién contaría las historias que protege? En su memoria y sus canciones debía guardar el recuerdo de todos los finos guerreros a los que acompañó. Así supo cuál sería su primera pregunta para el libro.

Se acercó y miró atento las páginas en blanco del Libro de Gwydion. Respiró confiado y sin temor hizo su pregunta. “¿Por qué yo?”
El viento sopló en la sala y las hojas del libro cambiaron. Cuando se detuvo, Priadan pudo leer la respuesta que necesitaba. Esta era así:
Será una obra de Destino
Que atrapado entre sus hilos
Aparecerá un joven especial
Al que llamaremos el Testigo.
Desde el comienzo del ciclo
Unirá en él los caminos
De muchos recuerdos y sentimientos
Que por siempre llevará consigo.

Las cortas palabras que leyó Priadan le entregaron la confianza que necesitaba para continuar con sus preguntas. Ahora sabía que debía hacer. Su papel en esta historia era ver y contar, aprender y enseñar. Él era el Testigo.

¿Cuál sería su siguiente pregunta? Priadan recordó al demonio que tenía la Princesa Nienna en su interior. Cuando Miles le habló, se refirió a él como Gmemog. Después, desde el cuerpo de Dominael se movió al cuerpo de la Princesa Amiaruen. Él parecía ser el objetivo de todo esto.

Nuevamente, se acercó al Libro de Gwydion y miró sus hojas en blanco. Respiró profundamente antes de preguntar. “¿Quién es Gmemog?”
Toda obra creada por bien
Genera una esfera del mal
Que toman como su víctima
A quien logren alcanzar.
Con la fuerza de la vida
Es igual al Nacimiento
Sin piedad ni perdón
No conoce los sentimientos.

Aprender eso causó escalofríos en Priadan. Gmemog es una fuerza equivalente a la creación de todo lo existente, el Nacimiento. Pero, ¿cómo llegó a desaparecer por algún tiempo?

La gran duda que llenó a Priadan en ese momento fue cómo Gmemog fue puesto dentro del cuerpo de la princesa. Allí recordó que en algún momento mencionaron el Reino de Gwydion, que el demonio habría destruido hace varios siglos. Recordó a Miles y su destino.

Era el momento de la tercera pregunta. Debía ser la correcta para que el libro diera una respuesta completa. “¿Qué es Gwydion?” preguntó.
Las hojas del libro comenzaron a cambia, primero avanzó y después retrocedió. Cuando se detuvo, las letras comenzaron a aparecer y desaparecer. Pasó un tiempo hasta que se detuvo y Priadan pudo leer.
Para detener al demonio
Espada y Escudo se sacrificaron
Transformaron sus cuerpos
Como prisiones esperaron.
Se construyó un gran templo
En el centro del reino
Fundada para proteger al mundo
De un destino horrendo.

Gwydion se había fundado para proteger la primera prisión del demonio Gmemog. Tagli y Neva habían sacrificado sus cuerpos inmortales para contenerlo. Pero eso no duró para siempre.
Por lo que aprendió de Miles y Anton, Priadan supo que Gwydion fue destruida por Gmemog cuando se liberó. Pero eso fue hace trescientos años. ¿Cómo fue encerrado Gmemog en el cuerpo de la princesa Nienna? Además, pensó priadan, si todo esto fue hace tanto tiempo, ¿cómo era posible que una eria viviera por todos estos años? Los erios viven más que los romanos, pero nunca tres siglos.

Priadan volvió a acercarse al libro. Quería saber cómo continuaba la historia, así que preguntó. “¿Quién se enfrentó a Gmemog?” Las páginas del libro le dieron la respuesta.
El día que Gwydion cayó
El hijo de las armas surgió
Con regalos de Gaia, Viento y Mar
Al demonio se enfrentó.
Hizo un pacto con un romano
Que vio cambiado su destino
Mientras esperase enfrentar al mal
Con su arco seguiría vivo.

El hijo de las armas es Claisant. Los dioses Tagli y Neva son sus padres. Entonces el demonio se enfrentó a un ser de mucho poder. Pero todavía no estaba resuelto cómo llegó Gmemog al interior de la princesa. ¿Por qué Claisant hizo un pacto con un romano? Cada respuesta del libro sólo le traía más preguntas.

Priadan sabía que debía ser cauteloso. Si llegase a preguntar algo equivocadamente, la respuesta se perdería y no sabría la verdadera historia. Pero era hora de saber.
Cerró sus ojos para intentar concentrarse y quitarse el temor. Miró las páginas en blanco del libro antes de hacer su pregunta. “¿Qué hicieron con el demonio?” preguntó.

No estaba escrito lograrlo
Pero el de alguien fue reescrito
Llegaría un día esperado
Cuando cumpliría su destino.
Una magia grande de los erios
Permitió lo lograsen encerrar
En el ser más puro y sano
Que llegase a encontrar.

Entonces, la princesa había vivido todo este tiempo con el demonio en su interior. Los erios pusieron al demonio en ella para evitar que destruyera el mundo, pero esto tampoco duraría para siempre. Había que encontrar la forma de destruir al demonio antes que lograse liberarse del cuerpo en el que lo habían puesto.
Priadan imaginó los trescientos años que la princesa había vivido con el demonio en su interior. ¿Cuánto dolor habría soportado? El demonio le había permitido seguir viva todo ese tiempo, pero cuando se liberó significó que la princesa moriría.

La historia no se terminaba ahí. Todavía quedaba mucho más por aprender. ¿Qué ocurrió todo este tiempo? Si Miles vivió en Gwydion, ¿qué papel juega Anton en todo esto? ¿Cómo supo todo lo que había ocurrido y lo que iba a ocurrir?

Priadan se acercó al Libro de Gwydion y preguntó. “¿Quién es Anton Duoluz?” Las páginas del libro le entregaron la respuesta.

Saber puede considerarse un don
Pero también es una condena
Necesitábamos alguien que viviese
E hiciera correr las arenas.
Él recorrería el mundo
Pondría las cosas a funcionar
Esperando el Día del Destino
Que tarde o temprano debía llegar.

Priadan entendió que Anton era una representación del Libro de Gwydion en la tierra. El mago recorrió el mundo buscando las claves y poniendo en funcionamiento los factores necesarios para que el Día del Destino llegase y se cumplieran los objetivos de todos los involucrados. ¿Qué ocurriría con él cuando todo esto termine? Le dijeron que después de ese día el libro no existiría más, ¿sería lo mismo con Anton? Decidió preguntarle eso al mismo Anton después.

Muchas veces había escuchado sobre el Día del Destino. Era hora de aprender de qué trataba. Priadan se acercó al Libro de Gwydion e intentó hacer la pregunta, pero algo lo detuvo. El libro parecía estar brillando, así que se alejó.

Anton apareció en la habitación junto al libro. “La pregunta que vas a hacer es clave para tu papel en esta aventura. El libro confía en que lo harás bien, sólo debes hacerlo tranquilo.” Después, se hizo a un lado para que Priadan preguntase al libro.
Pese al brillo intenso del libro, a Priadan no le dolían los ojos. Mientras más cerca estaba, más tranquilo se sentía. “¿Qué es el Día del Destino?” El libro dejó de brillar para mostrar su respuesta a Priadan.

Claisant pidió a Destino
Por una única oportunidad
De cambiar la historia ocurrida
Y lograr vencer la adversidad.
Trescientos años recibió
Para esperar ese especial momento
Así que escribió entre sus páginas
El fin de este tormento.

“Mañana será ese día, Priadan” contó Anton. “Claisant le pidió a un ser muy grande y distinto de todo lo que algún día llegue alguien a conocer que nos ayudase a evitar el fin de todo. Pocos conocen en persona a este ser.”
“Pero, ¿cómo es posible todo esto? ¿Un ser capaz de lograr algo que los Elementos no pueden? ¿Quién es Destino?” preguntó Priadan. Anton no respondió, sólo le señaló que todavía le quedaban dos preguntas antes que el libro dejara de responderle. Tenía que ser cuidadoso.
Priadan ya sabía del pasado. Quizás era hora de aprender algo sobre el futuro. “Cuidado con lo que preguntas, Priadan. El Libro sabe muchas cosas que una persona no debería saber” le dijo Anton.

No quería saber del futuro lejano, sólo quería saber si lo lograrían. Pensó que esa pregunta podría hacerla, pero fue detenido por Anton. “Los resultados no deben saberse antes que se realice la prueba. Quizás quieras saber más sobre tus compañeros o sobre lo que debes hacer ahora” dijo.
Priadan se acercó al Libro de Gwydion para hacer su pregunta. Antes de hablar, miró a Anton con tranquilidad. El mago le sonrió. “¿Qué debo hacer ahora?” preguntó.

Escuchar, pensar y contar
Que no se pierda en la memoria
Los pasos que acompañaste
Durante esta gran historia.
Llegará el momento de cantar
Frente a la gran Diosa Creadora
Prepara tus versos y tus sentimientos
Para los oídos de esta única señora.

Sólo quedaba una pregunta. Priadan debía pensar bien cuál pregunta hacer. Si se equivocaba, quedaría con dudas que nadie le resolvería. “¿Cuánto tiempo hasta que anochezca?” preguntó Priadan a Anton.
“Ya ha anochecido, Priadan. Has estado todo el día con el Libro de Gwydion. El libro se ha encargado de alimentarte con sus respuestas, por eso no has sentido hambre ni el avanzar del tiempo” contestó Anton. “Tu última pregunta ya la sabes, la has sabido desde el comienzo, me la hiciste al comenzar el viaje.”

Priadan recordó y se acercó al libro. Recordó a sus primeros compañeros, aquellos que llamó hermanos. Recordó al Rey que juró honrar en su memoria. Recordó el tiempo que ellos esperaron y cómo lograron vencer la adversidad. “¿Qué hicieron los terranos en esto?” preguntó.

Cuando el alma fue encerrada
El cuerpo fue sepultado
Pero parte de este demonio
Huyó por separado.
Quedó esperando el día de su salida
Cuando tuviese la fuerza de surgir
Pero nobles guerreros se le opusieron
Y le lograron destruir.

“Lo que se enfrentaron los terranos fue el brazo de Gmemog que escapó cuando estaba siendo enterrado. La energía del demonio quedó dentro de la Princesa Nienna, pero el cuerpo fue puesto bajo tierra cerca de Rosedia. La directora lo ha protegido todos estos años” contó Anton.
“Entonces, ¿mis hermanos terranos se enfrentaron a algo tan poderoso como esto? Todos dieron su vida, incluso el Rey Coreodamor entregó su vida para poder detenerlo. ¿Cómo será posible vencer si la criatura es tan poderosa como el mismo Nacimiento?” Priadan parecía desesperado.
“Tranquilo, Priadan. Así como con tus hermanos terranos, nosotros también contamos con una oportunidad para derrotar esta criatura. Mañana verás que no estamos solos en esto” respondió Anton.

Ambos salieron de la habitación del libro. “Creo que es momento de saber sobre tus compañeros de sus propias palabras. Ellos están en sus habitaciones esperando tu visita. Cada uno te contará su motivo para estar en esto, Priadan. Recuérdales como recuerdas a tus hermanos.”

Priadan seguió por el pasillo para visitarles...

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